Para ganarse el pan muchos se han dejado su pellejo en alguna frontera,y los que han llegado donde les vendieron un sueño de prosperidad que no existe, han entregado su trabajo, su dignidad y su vida a esos vendedores.
Hoy el espectáculo del deporte y los gobiernos nos ofrece otra de sus ilusiones.
El triunfo de la colonia marroquí contra el país que les cierra la frontera en un mundial construido sobre cadáveres de inmigrantes.
Pero, ¿ qué puede significar un gol para una persona trabajadora, migrante, ante tal cúmulo de desgracias a las que tiene que hacer frente?
No creo que nadie que deba ganarse su pan cada día tenga que celebrar algo tan insignificante para su vida como un gol. Sin embargo, se celebra esto con tanta normalidad como solemos consentir que nuestras vidas sean llevadas por nuestros gobernantes de forma semejante a los futbolistas que conducen un balón, a golpes de pie, evitando que se lo quiten ,hasta meterlo en una red donde queda atrapado. De hecho, el partido España- Marruecos se ha vivido como si hubiera jugado el presidente del gobierno español contra el rey de Marruecos, cuando todos hemos visto que no tiene nada que ver. Pero la gente cree que por el azar de un jugador que ha metido una pelota en una red ,Marruecos ha ganado algo más que un partido de fútbol, y España ha perdido algo más que un simple partido de fútbol. Lo que es absurdo.
Solo puede estar contento el que haya metido un gol en el mundial de Qatar si por su trabajo le van a pagar algo para comer.
Ángel Blasco.