Pluma de Fuego

Lúgubre Esperanza

Para donde quiera que vea,

veo a alguien muerto,

y el que no lo esta;

me ve con su ojo tuerto.

o se dirije hacia mi completamente ciego,

no sé si duermo o estoy despierto, o quizás muerto;

todo en este momento es tan sociego.

La calma inunda mi alma,

como la marea alta inunda la tierra,

esa azulada perla que se renueva cada día,

que con su calor me cubriría,

si en este mismo momento de mi cuerpo,

mi alma impura expiraría.

Quedarán enterrados mi afanes y mis anhelos,

vendría yo a ser melancolía,

versos en una poesía;

quizás si fuí bueno o amado,

o amé apasionado...

al ser por alguien recordado,

ese alguien por mí, una lágrima derramaría.

Y un beso sobre una rosa,

frente a mi lápida y sobre mi tumba depositaría,

una nueva cada día.