Raúl Bonilla

Noviembre 27

l

Estuve sentado bajo un árbol

En frente de tu facultad

Quería verte, pero sin aviso; el paisaje cambió

Como un barco a la deriva

Me moví entre el sueño y la vigilia 

 

Esperé hasta que anocheció

La oscuridad trajo cientos de fantasmas

Y la mortecina luz de la calle, espectral como cadáver de luciérnaga

Me cubrió con su maldita fatalidad

 

Caminé cabizbajo a casa

Doblando las esquinas con desgano

Torturando mi mente con pensamientos…

Y deseando entender porque no me quieres ver

 

Todo se aclararía con solo llamar

Pero no quiero saber la respuesta

 

II

Los kilómetros recorridos

Por la sinuosa carretera que conecta mi hogar con la fantasía

 

El bosque a los costados 

Al frente la luna que observa como Ella duerme a mi lado

Mi grueso abrigo la cobija

La calefacción del auto me protege del frío

 

Y en el silencio de la noche hablo con la luna

Le pregunto sobre Ella…

Si sueña conmigo, si vivo en sus pensamientos

¿Algún día seré capaz de entender lo que siente?

 

Pero la luna no me responde

Ni lo hacen los ojos indescifrables que reflejan las luces en el camino

 

¿De verdad quiero conocer la respuesta?

 

III

La luz que todo lo cambia

El secreto que todo lo encierra

La vida que solo se vive una vez

 

La intensa mirada del sueño que nunca se cumplió

El aroma del perfume que nadie compró

El aliento que emana de esa boca

Que alguien labró en la estatua del museo

 

La respuesta que nunca obtuve

En la intensa oscuridad de la noche