Cuando me haya ido
el eco mí de voz
partirá, llevado por el viento sereno,
a los rincones lejanos del olvido
de donde, no tendrá regreso
y tú, aunque luches con tu tristeza
me olvidarás con el tiempo,
vivir en el olvido,
resiente menos que la tristeza,
por qué nadie escribe,
canciones para siempre… no
ni escribe cartas de amor
que no siente.
Cuando me haya ido
bajo las noches silenciosas
en mi morada de almendros
con sus rojizas hojas de otoño
en los días sin nombre
cubrirán mi lecho
solo en mi sueño, talvez
rondará tu vago recuerdo.