Freddy Kalvo

Un nuevo amanecer

 

Te fuiste un triste verano

como hoja del árbol seco

que cayó en el recoveco

con viento tibio y solano.

La sombra de un matasano

cobijaba tu figura:

¿Dónde vas, tierna criatura,

por qué vuelas de tu nido

donde siempre tú has tenido

mi cariño y mi ternura?

 

Pero estaba decidido

te marchaste sin regreso

para siempre, lo confieso,

pues buscarte era prohibido.

Con el tiempo yo he sabido

que cualquier tormenta pasa

que el amor cuando fracasa

detenerlo es cosa inútil

y llorar es cosa fútil

cuando el alma te traspasa.

 

¡Ah dolosas despedidas!

Sin palabras y sin voces

como brisas que veloces

dejan brasas encendidas

en los sueños y las vidas

las que andando van caminos

aunque llenos con espinos

van solaces y gloriosas

con sus huellas vigorosas

buscando nuevos destinos.

 

Te fuiste un triste verano

¡Qué tristeza si te pierdo!

Lo pensaba, lo recuerdo,

pero el viaje no fue en vano.

Con el tiempo más lejano

y la luz del nuevo día

la alborada se encendía

al llegar la madrugada

con su luz enamorada,

que por fin me cubriría.