Tu amor descalzo descubrió
una ciudad inefable, llena de placer
flotando en el remanso de la aurora
Aurímides se peinaba los cabellos
Eran las sombras de Anaximandro
de vidas pasadas
rezando a un dios que no existía
implorando que una víbora le haga el amor
Entre los valles pantanosos de Blair
en el siglo I
una remembranza de muerte
lo apartó de sus sentimientos
y el joven empezó a bailar en el silencio
Amores inconclusos los que nacen
de las vaginas de las estrellas
y los pendejos de esas conchas
es el inconmensurable polvo cósmico