Era verano del 2009,
Yo huía de un sueño a punto de resquebrajarse
Cuando nuestros caminos se cruzaron por primera vez
en aquel maldito pueblo,
al que no llega el tren,
Y en el que los sueños se esconden.
Desde el primer momento,
Sus ojos rasgados me habían condenado
A soñar con ella por el resto de mis días,
A perder noches de sueño,
A perder mis mejores años de juventud
vagando por un sendero de soledad,
que solo me condujo
hacía unos cuantos tristes desenlaces que me negué a aceptar.
Ella tenia 17 años, yo 23…
Siempre será así...
Le pregunté su nombre,
“Mia” contestó,
Y yo quise creerlo, añadiendo una traicionera tilde,
“Mía”
Pero trece años después, esa tilde sigue sonando asonante,
Ella no ha cesado de huir en busca del sueño de su libertad
Y mi viaje no ha cesado de ser un fracaso…
Ciudad Real, Madrid, Grecia, China, Pamplona, Vitoria, Bilbao
Su corazón no ha parado de huir…
Ni siquiera en otros rostros de mujer su recuerdo ha logrado desvanecerse,
Siempre vuelvo a emprender su búsqueda,
Sintiendo que ella de alguna manera también me espera,
Que aún queda esperanza,
Estancado en ese 2009,
cuando ella me dijo que su nombre era:
Mia