¿Y de mí quién se compadece?
¿Quién entiende ahora mi llanto?
¿Qué hago con este dolor que crece
y se multiplica dentro de mí?
Sabiendo ya que te perdí
después de quererte tanto.
Qué hago con esta tristeza,
con este vivir que no es vida;
con esta angustia que me pesa
y que me tiene perdido,
porque un amor que no olvido
parece que sí me olvida.
En dónde ocultar este miedo
a la soledad, a no volver a verte;
cómo convencerme de que puedo
sobrevivir sin ti, querida.
¿Quién adornará mi vida?
¿Quién llorará mi muerte?
¿Pobrecita tú? ¡Pobrecito yo!,
porque sufre aquel que en verdad ama
y yo fui el único que amó.
Y disculpa que te lo revele,
pero la soledad que más duele
es la que tengo en mi cama.