Déjame amanercerme
contemplando tu rostro.
Que los luceros se oculten
de celos... entre los astros.
Que la luna dibuje
un manto... para envolvernos.
Que la brisa derrame
como un caudal, las estrofas
de bellos poemas dulces
que acaricien, nuestras ansias.
Que el mar, en calma contemple
la suavidad... de esa espera.
Que las historias escritas...
escriban un verso nuevo.
Que las palabras ocultas...
conjuguen... un canto eterno.
Que el tiempo... detenga el tiempo
que los relojes... se duerman.
Que el pasado y el futuro
se oculten para no vernos.
Que solo exista el presente...
¡ Y un sueño.... de amor eterno!.
María Inés Pascuccio.