Nosostros los perdedores,
los que dormimos en los buses,
los que nos ruge las tripas,
los que nos contentamos con las migajas.
Los alicaídos sin ser pollos,
los que tenemos rituales
como la señal de la cruz
sobre nuestra cara y el pecho,
los que debemos usar desodorante
y tragamos saliva en la sed.
Nosotros los dannificados
de esta tragedia política,
nosotros los amarillistas
que no nos enteramos de nada
sino de la muerte de los nuestros.
Nosotros, los que envejecemos,
con caries, canas y catástrofes;
los que tenemos el jesús en la boca
los \"hágase tu voluntad\"
así en los cielos
como en este infierno.