BIG FISH

A UN VIEJO PROFESOR

Cuando comienza el curso revisa sus apuntes,

tratando de esconderse del paso de los años…

Los jóvenes alumnos, atentos a su voz,

lo observan con esmero, ingenuos, sin rubor…

Su mirada calmada, su voz altisonante,

inspira su atención, y todos con sus ojos

lo siguen por el aula: ¡quién sabe adónde va!

Sus años de experiencia le otorgan esplendor,

mas él sabe que todo lo debe a su auditorio,

sus jóvenes alumnos que, atentos a su voz,

lo siguen con sus ojos, buscando confiados

respuestas a sus dudas, ¡oh inocente intención!:

no saben que son ellos quienes, con su candor,

dan fuerza con su aliento al viejo profesor…