El niño de mis ojos
tiene la sonrisa tierna,
la mirada dulce,
la expresión fraterna.
El niño de mis ojos
no piensa que es un niño,
e intenta impresionarme
mientras me da cariño.
El niño de mis ojos
no se tiene confianza,
ignora su grandeza,
no sabe su templanza.
El niño de mis ojos
no entiende de malicia,
disfruta de lo simple,
no conoce la codicia.
El niño de mis ojos
lleva consigo una pena
y por su alma tan buena
es su dolor mi condena.
El niño de mis ojos
tiene un don muy bendito
y oculta entre sus manos
un talento infinito.
El niño de mis ojos
robó mi corazón…
no hay fuerza en este mundo
que apague nuestro amor.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay