I
Todo fue sorpresivo
Como la risa espontánea
O las estrellas fugaces que caen en el alba
Como la lluvia que de repente te empapa en una tarde soleada
O la mirada que te atrapa en su red
Caminas hacia mí con esa mirada de satisfacción
Sabías que habías atrapado a tu presa
Y yo te dejaré que me devores lentamente
Mi sangre se confundirá con el fuego carmesí de tus labios
Nos abrazamos, y en ese instante ya nada importa
La noche es dueña de la última tentación, que nace de la expectativa de la larga espera
Y tu cuerpo desnudo es el faro que guía mi navío
Deseoso de llegar al puerto
Después de varias horas moviéndonos al vaivén de tu marea
Y después hay silencios del que brotan mil palabras
Al oído me dices que siempre pensaste en mí
Porque en la noche se detiene el tiempo
Y todo se mueve muy, muy despacio
Al ritmo del largo beso de despedida
II
¿Se puede despertar del sueño inexistente?
Ella observa la noche con curiosidad
Cubierta solo con una bata
Atenta al mensajero que nunca llegará
Intento comprender que piensa
Ella es un barco en medio de la tormenta
Un loco capitán que trata de no naufragar
Sin un faro para poder guiar
Sin ayuda para poder navegar
Yo soy el iceberg que atenta su travesía
El lastre que hace retrasar su viaje
Un invitado no deseado
Alguien que crea confusión
Ella sabe que fue sin intención
Me gustaría acercarme y decir que yo lo entiendo
Algunas veces es mejor alejarse
No hacen falta palabras
Cuando veo un rostro reflejando tristeza
Tampoco hace falta abrazarla
Haría mucho más daño
La noche acabará pronto
El ciclo interminable
Nunca se detiene
III
Este es un bosque diferente
Transitorio
Y alejado del mundo
Mis manos temblorosas
Sintiendo la irregular corteza de los árboles
No hay lugar para descansar
El cielo oscuro no ofrece esperanza
La lluvia no alcanza a mojarme
Pasa de largo entre mis huesos
Solo tengo claro que no puedo detenerme
No hay guía
No hay compañía
Solo los oscuros designios
Que me llaman
Y de los que no puedo escapar