\"Jugando tras los cristales\". Barron Trump le gustaba bromear en el trabajo. En su puesto como ingeniero aeronáutico
en la empresa de aerolíneas militares fue destinado a reparar una pieza que estába provocando que el motor de combustión estuviera defectuoso.
Hoy fue el último día de reparación, todo debía de estar a punto ya que en la noche, 23:03 concretamente, se detonaría la bomba atómica.
Pero llegado el momento, algo inesperado sucedió.Al despegar el avión, éste, empezó a arder provocando su detención. Tímidamente asustado,
todas las miradas fueron sobre Barron, a quien el pueblo Pekinés recordará por su estupidez o sentido de paz.
Y es que en la Guerra como en la vida, uno ha de tomar decisiones, y Barron se decantó por enterrar bajo lo más profundo del suelo su inteligencia, para alzar al vuelo la bandera de la Paz.