Ben-.

De mieles y decesos-.

Escarbando silenciosa

miel profusa saco de almendras

tu esencia en mi vientre

despojas de enredaderas vanas

y banales las embestidas

de la vida, tú, muerte pertinaz

y solariega. Descubres en mí,

el asombro que nunca llena,

y yo, recipiente de adorno,

buscaba prometérmelas felices!

Pero no: han pasado las horas,

los silencios, las austeridades,

los rozamientos. Y se escucha,

escucho al menos, la dureza,

endurecerme, como en paisaje

de seda que a la mitad terrestre

conmoviera-.©