Ven aquí que no hay sombra,
ven a mojar mi dolor
con la fe de tus caricias
y una sonrisa en flor.
Ven que ya huye el día,
trae tu aroma y calor,
que las horas van desnudas
como olas al corazón.
Ven aquí que no queda nada,
ni fuego ni pasión,
solo un espacio estrecho,
donde el ser uno es ser dos.
Ven a llenarme de besos,
ven a romper la razón,
que la vida es solo un sueño
y el deseo un canto de voz.
Ven aquí que no hay mañana,
porque todo es una ilusión,
tu serás carne en mis huesos
y yo seré tu nido de amor.