MIGUEL CARLOS VILLAR

Paseo cotidiano

Paseo cotidiano

(Llegan las lluvias)

 

Entre surcos,

lagunillas,

mecidas por acariciadores vientos,

rizan sus retenidas aguas

rompiendo espejos de cielos

en calma.

 

Anhelados sueños

de una insegura temporada

de larga espera,

cumplen el compromiso

de reivindicar

el déjà vu

de un paisaje

desgastado por la canícula.

 

Vivificador estanque,

motor de primaverales promesas,

dispuesto a

acuarelar el entorno

que,

homenajeando

al terruño,

recoge ya en su paleta

variopintos crocos, violetas, amapolas, margaritas …

 

Para

bañarme en tu arte

volveré

mañana y mañana y mañana

a tu galería.