De forma que las nubes comenzaron a invocarme
perseguido en mi instinto irracional
por la soga que ha coronar mis días de osadías y temblores,
comúnmente evaporado al contacto de altas dosis:
componente psicoactivo que penetra en mi rincón
y hace pétalos del alba adornándola de estatua
que será quien diga todo.