La luz se apagó en sus ojos
y así, quedaron dormidos,
serenos como dos lirios:
blancos, tiernos y preciosos.
La noche llegó muy pronto
llevando lo no previsto;
profundo pesar sentimos,
si el tiempo vino brumoso.
Y la pena que hoy te embarga
cargada de sufrimiento
con llanto de tus adentros
será como aquella daga
que el alma entera desangra,
que Dios te brinde consuelo.