Yo pongo el pie en esta llaga
aunque esté ensangrentada, y
miro de cerca, la luna llena
y sus alrededores: tierra, y más tierra.
Me conversan mis muertos
sin nada solicitarme, durante algún
trayecto, en que ando renqueante.
Pese a ir a la deriva, sostengo intacto
el papiro de mis legitimaciones: no creo
que todo esté perdido. Ni me da por el llanto.
Camino erguido, aunque todo sea un desbarajuste,
y no intento modificarlo; el mundo es así
y yo sueño con lograrlo. Muchos recuerdos
y ninguno ya inocente, pero no me acongoja
salir a cultivarlos. Yo pongo el pie en la tierra,
que anda descalza-.
©