Mira que sombras más tristes.
Mi nuca sostiene al Sol.
Mi frente escurre las gotas y el sudor.
Arrugado no entiendo las instrucciones.
¿A dónde voy? ¿Fui alguna vez parte de dos?
Salto por los arbustos, crujen las ramas.
Me descuelgo y mis brazos sangran.
Me tropiezo y mi cuerpo asiste al polvo; lo guarda.
Me voy con los infelices. Con los de los sueños tristes.
Me voy, porque me echan, porque ese es mi destierro.
¿No lo viste?