Raúl Bonilla

Diciembre 5

I

Las palabras ascendían desde tu interior dejando un eco triste 

Quebradas por la emoción que las define 

Apenas perceptibles, confundidas y apagadas

 

Puse mi dedo en tus labios

Esos hermosos labios que conozco como el interior desde donde emerge el deseo 

Esos labios rojos como sangre que queman con cada beso apasionado 

Y te dije que podías parar de llorar 

 

No es tu culpa el tener que irte lejos 

No es tu culpa dejar la universidad para ir a un lugar donde no nos veremos 

No tienes que pedir perdón 

Me llevaste a conocer el cielo cada vez que recorrí tu cuerpo

Cada vez que besé tu alma

Cada vez que explotamos juntos 

 

No nos queda mucho tiempo

Cada segundo

De cada minuto 

De cada hora 

Es cómo un bien escaso 

Te haré el amor en cada uno de ellos 

Hasta el último momento estarás en mi corazón haciéndolo latir 

 

II

En la montaña en que se alegran nuestros sueños 

Con Ella a mi lado mirando al lago, el río y el valle 

De ese paisaje somos los dueños 

Y ante él hablamos de lo que vendrá 

 

Me preguntas si de verdad quiero que me acompañes a conocer el universo 

¿Cómo podría apreciar los colores de las nebulosas sin ti? 

Las estrellas serían muy frías 

Todos los planetas solitarios 

Y las galaxias vacías 

 

¿De que vale mirar las maravillas sin poder compartir? 

No sólo las quiero compartir contigo 

Quiero que nos perdamos en el infinito 

Que podamos flotar entre las constelaciones 

Y navegar hasta el fin del universo 

 

Tal y como lo los ríos se juntan para formar el lago 

Y las luces se cruzan en la noche invernal 

Nuestras vidas se entrelazaron para crear algo mayor 

Y puede ser que nunca podremos abarcarlo del todo

 

Nacimos para poder conocernos 

Y al morir seguiremos juntos 

Hay viajes que nunca terminan 

Ni historias que tienen final

Cuando se encuentra alguien 

Que le da sentido a cualquier ruta

Que decidas tomar

 

III

Frenesí inconsciente y desesperado 

Ardor del alma 

Respuesta escandalosa 

Esencia sorda

 

No es cobardía ni falta de atención 

Tampoco escasez de amor

Es más desdén de oscuridad 

Torbellino profundo, incesante palpitar 

 

Carmesí en los labios y escarlata también 

El andar, más es el último aliento en cada paso, escapar 

 

Tortuosa es y empinada la guía, fantasiosa y nunca clara, jamás luminosa, jamás intacta, jamás fácil, las víctimas inocentes 

 

Clamor de piedad, necesidad de soledad, vestigio de culpa