Nunca engañes a tu hermano
con hipócrita presencia,
con la lujosa apariencia
de un poderío tan vano;
muéstrate siempre cercano
sin esa oculta indolencia,
sin la callada carencia
de un proceder siempre humano;
siempre sé franco, sincero,
y regala comprensión;
no te inclines al dinero
mejor procura el perdón:
sé un eterno pebetero
de sabiduría y amor...