Desde un frío inusual… esta mañana,
con una inclemencia inaudita…
que va congelándolo todo,
que se va sustrayendo las ganas,
va arremetiendo en la alcoba…
una inesperada nostalgia.
Se va consumiendo el aliento,
me voy muriendo de a poco…
y siento un cansancio sin pausa…
frente a una hoguera sin lumbre…
como un lamento sin causa.
Desde esta soledad nefasta…
que amaneció prematura…y malhumorada,
cortejada por la angustia…de una ansiedad disimulada,
ceñida a esa niebla huraña y esquiva,
perfilada de impotencia…
despeinada ahí sobre la cama…
recostada junto a mi desidia.
Vamos naufragando en tu fábula,
envueltos de una simulada calma,
con una languidez adormilada…
que reposa en el agotamiento,
con su cobardía solapada…
expuesta a la ironía.
Voy tratando de esconder la angustia.
Así me enfrento al recuerdo…de tu hiriente lejanía…
en esta mañana de frío
inusual experiencia inclemente…
en esta alborada de extravagante semblante.
Te pareces tanto al hielo…
indolente y trivial…como la escarcha,
antojadiza y caprichosa…así como inconstante,
escurridiza…y ágil… como intangible sentimiento,
como seducción que miente…que miente siempre.
Te has maquillado de hermosa…como de costumbre,
pero tan inexorable y fría…como esta mañana de diciembre.