Lucy Quaglia

Enfadada

Quizás si yo me olvidara
de las afrentas que hice,
las que me hicieron a mí
las que voy a hacer después
sin siquiera darme cuenta,
sería mejor la vida, y
me sentiría contenta.
¿Para qué estar enfadada,
enojada, atribulada?
La vida es una milonga
y hay que bailarla sin trabas.
Ningún enojo hace falta
y si aparece una pena
es mejor si la ignoramos
dando lugar a la paz
con  toda nuestra inocencia.
Cada tanto yo me acuerdo
de los besos que me dabas,
los que quisiera de nuevo,
los que siempre me hacen falta,
queréme tano, queréme
de la noche a la mañana.