Sin ti no puedo
seguir este camino
hacia la nada.
Es necesario
que sepa lo que sientes
de mi persona.
Porque te amo,
quisiera estar seguro
de tus palabras.
Y es que los hombres
creemos a los labios
que nos halagan.
La vanidad
es mala compañía,
y tú lo sabes.
No quiero sopas,
ni panes para hambriento,
aunque lo sea.
Mi corazón
palpita, acelerado,
cuando te veo.
Pero no sé
si es franca tu sonrisa
y es de verdad.
Por eso dime,
de veras lo que sientes
y no me mientas.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/22