Tengo una novia que florece por las mañanas...
Sus fragancias emanan de su rosada boca;
duermo en sus pétalos que se cierran cada noche
atrapado en el capullo de su cuerpo suave.
Mi novia lleva por ojos dos diamantes negros
Ojos que opacarían la brillantez del sol
¡si quisieran!; su rostro es blanco como la luna
llena; y en su corazón puro ahí habita mi alma.