La (des)gracia de ser trigo
(No solo de pan….)
De la umbría del terruño,
en parajes que verdear,
brotan tímidos tallos ansiosos de
clorofílica luz.
Afanados en vestir la
primavera,
pugnan con sus iguales
en búsqueda de océanos
que mecer.
Su curiosa virginidad
les hace crecer en
incesante vaivén,
fortaleciendo su frágil silueta
hasta lograr la madurez, que
les obligará a inclinar su testa;
contraseña
de gratitud,
a sus avejentadas raíces.
Matriz oculta,
espera la caída del grano para
amamantarlo en su cárcel de penumbras.
¡Inútil vigilia!
Lunática guadaña,
trunca toda esperanza…
…la ambiciosa mano del hombre
espiga la espiga.