Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

¡Fuego mío…!... Amor mío

 

 

Es tu cuerpo una llama

en el candente sortilegio de mis manos

que repasaron leves

                       desde tu cuello

todo el contorno flameante de tu fuego.

 

Eres tú la necesidad donde en mi boca

se encendía la pasión sobre mis labios…

tienes tú el necesario calor

para avivar el fuego de mi espacio.

 

Las cenizas quedaron

esparcidas sobre tus blandos senos

sobre tus muslos mis manos

se acercaron calladas a tu sexo

¡fue cuando entonces la llama se encendió…!

Al robarte de tus labios aquel beso

 

-cuánta intimidad en el silencio-

¡Fuego mío…!... Amor mío

devuélveme en cenizas el recuerdo.

 

Porque amo el ímpetu de tus manos

sobre mi pierna triste

¡¿cuánto fuego hay en ti?!

 

 

Que ardiendo has dejado mis brazos

             sin tus manos.

 

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