Raúl Bonilla

Diciembre 7

I

Este no será nuestro último anochecer 

Nuestra canción suena en el bar

Letras ausentes que explican la pérdida de la locura 

 

Sigues inquieta; tu cuerpo conmigo, tu mente en tu nuevo destino 

Preocupada por dejar tu vida 

Triste porque la distancia separa dos mitades que nunca se unirán 

No sufras por eso

Lo nuestro es efímero 

Todo es llevado por el viento frío y caprichoso

 

Siempre estarás en algún rincón del recuerdo 

Y ese lugar te buscaré para hablar sobre la vida 

Ahí estarás esperando sentada con ese vestido negro que tanto me gusta 

Y con esa mirada juguetona que tantas sonrisas dibujaron en mi rostro 

 

Es como las migajas de las galletas de jengibre que horneamos en la tarde 

Parecían estrellas en el cielo, junto con polvo de hornear como vía láctea

Representando la alegría de estar juntos 

 

Solo espero que al envejecer no olvide como regresar a ese maravilloso lugar 

Donde vivirás en mi mente 

Donde nos abrazaremos en mi interior 

 

II 

A la sombra de un hermoso pino 

No tenía derecho de estar ahí. Son tierras de otros dueños 

A las que solo podría acceder en sueños 

 

Pero Ella tomó mi mano

Y viendo mis ojos perdidos y llenos de lágrimas 

Abrió su corazón para poderme refugiar 

 

Durante mucho tiempo estuve en el lugar equivocado 

Un barco en el desierto 

Una flor en el asfalto 

Risas infantiles en el cementerio 

 

La oscura noche había durado demasiado 

Con sus lúgubres expresiones de pesar

La herida creció con el tiempo 

Y partió mi alma por la mitad 

 

Nuestras luces se curan mutuamente 

Hay tanto por sanar

Puede que no haya tiempo suficiente 

Para que se puedan reparar 

Desde la luz del sol hasta su reflejo en la nieve 

Es el brillo que encandila a los espectros que nos acosan 

 

Es en nuestra luminosa unión donde puedo vivir en paz 

Es ahí donde mi cuerpo cansado de luchar puede reposar

Antes del último anochecer 

 

III 

Regreso de mi viaje 

Esperando el abrazo que nunca recibiré 

O las palabras de bienvenida que no serán pronunciadas 

Este es un lugar solo habitado por sombras 

A las que no les importa mi espíritu 

 

No hay queja alguna 

Lo que define el camino es el viaje 

Y los que me acompañaron durante la travesía, tomaron un poco de mi alma 

La búsqueda del ser empieza al final 

En el ocaso pintado de naranjas y amarillos 

La siluetas se recortan suaves contra el cielo 

 

Ángeles infinitos 

Prodigios aleatorios 

Altar para los ritos 

Que sucumben al deterioro