A niños sordos de amor
Los enzalzan y adoctrinan
Ley y orden del Señor
Son sus lecciones matutinas
Ellos adulan y obedecen
Son aptos para el destino
Mientras la obligación crece
La raíz mata al pino
Noches en vela acontecen
Captando el hedor de las esquinas
Más bien, vivieron de las propinas
Que el pueblo otorga y ofrece
Pero emigrantes del despertar
Apagaron la luz intermitente
Para codiciarse con una verdad
Mucho más que sugerente
Luz ancha y contemplativa
Que engrandece su consciencia
Pausada y generosa sapiensa
No por ello, menos activa
Canto hoy por la libertad
De los pueblos que están oprimidos
Recobrando la paridad
Y escuchando sus quejidos
Tiempo al tiempo y la verdad
Surgirá cómo un meteoro
No es el momento de anclar
Su más bello decoro
Pues en el baúl de la bondad
No hay lugar al deterioro
Con una senectud sin igual
Edad, bendito tesoro
Columnas de frugales tristezas
Se tornaron en sabios poderes
Cuando se acabó la pereza
Y se hicieron bien los deberes
Un corazón sin espinas
Es lo que ahora se cuece
Y más bien, veo que lo merece
Porque es su medicina
Cantar y reír al alba
Son terapias muy elocuentes
Que es un sentir algo diferente
Al de creer lo que te digan
Decir que tú Dios te maldiga
No es cosa nimia, ni pertinente
porque la luz, cuando es creciente
No entorpece, sino mitiga
Mitiga el dolor ancestro
Causado por falsas creencias
Es virtud de la consciencia
Enfocarse hacia los adentros
Autocrítica y empatía
Y una paz consoladora
Metiendo en la batidora
Tús oscuros pensamientos