Acabo de despertar
Acabo de despertar.
Antes de abandonar mi tálamo,
la madrugadora luz,
mí Luz,
hacía guardia sentada en la alcoba.
Vagos recuerdos
de mi último sueño,
acompañan los pies al frío suelo,
medrosos
pisar la impenetrable niebla
de un absurdo día de inercia.
Mis pies, cual prudentes tentáculos
sondean las distancias
a una acechante realidad saturada de incógnitas,
a la espera de soluciones
a problemas por plantear.
Tú,
mi Luz,
te encargas de despejar el vaho matinal,
acariciándome con tu mirada.
Tú,
mi Nostalgia,
haces recobre mi desvanecido sueño
para vivirlo nuevamente juntos.
Tú,
Atrevida mujer,
índole de candentes deseos,
llenas mis noches de desenfrenados horizontes,
haciendo posible recuperar así,
nuestro frustrado pretérito… ahora tan deseado.