Despues de impresionarme
con Goya, Monet o Van Gogh,
y de quedarme de piedra
con Da Vinci o Miguel Ángel,
después de extasiarme
con Cervantes, Dostoievski
o Dumas,
después de vibrar con Mozart,
Beethoven, o Shubert,
o sentirme sacudido por
María Callas o Freddie Mercury
después de ver en acción
a Maradona y Messi,
y de ver actuar a Robert de Niro
o a Meryl Streep,
después de perdonar la traición
a mi amigo invisible
y de reconciliarme con la tormenta,
después de largas travesías
por mares de influencia
para conseguir llegar hasta mí,
ya solo me queda amarte,
que no es poco,
y nunca habrá un después de ti
porque moriré queriéndote.