Cuando tus rayos dulce sol resplandezcan,
Cuando de ti amor huyan las sombras
Sabrás mi amada, que tú todavía me asombras,
Las brumas y los temores de nuestro amor desaparezcan.
Mi amor, ya no hay nieblas en el camino,
Cariño ya no hay porque llorar
Abre tus labios y al mundo comienza a contar,
Las maravillas de éste amor tan divino.
Amor mío hoy es un nuevo día,
Las penas y tristezas han quedado enterradas
Y de tu cuerpo lentamente fueron desempolvadas,
Las caricias que yo tanto te pedía.
Como excéntricos adolescentes correremos,
En busca de nuestra felicidad
Aprovechemos al máximo mi reinita esta oportunidad,
Y a las mieles del amor nos entregaremos.
Cuando por los años tu belleza sea marchita,
Y la tristeza en tus ojos dejes entrever
Mi chiquita no tienes nada que temer,
Para mí siempre serás la más bonita.
Ángel R. Anaya
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