Ansias de normalidad
y de publicación.
Ganas de conquista.
¡Que viene la Navidad!, reclaman.
Y corremos en pos de la obligación
deseando desentrañar los escaparates.
Incluso los de ficción.
Y me enajeno con aquella chaqueta
hecha en Saigón,
de lana cachemire
y olor vobino y anodino.
Gasto y gasto.
Entremedias,
gasto.
Al final del día,
exhausto.
No hay tiempo ni sitio
a la razón.
Solo un gesto
y la sonrisa importada.
Valor.
Valor devenido
que esconde lo que no tengo.
Aunque lo practico.