Por el camino difícil y de cansancio llego a Setúbal, mi Belén, tierra donde nací y crecí. Un encanto sin nobleza me dejó asombrado con tanta luz de realeza. Todavía me preguntaba si no me habría equivocado. ¡No! Es realmente tu tierra, ahora llena de encanto y hermosa, donde la oscuridad ahora brilla. ¡Qué alegría mi Dios! Ver cómo la herejía termina en ardor de tanto mal decirlo. Viva la alegría en la tierra de mi gente, que desde hace mucho tiempo se lo merecía, este honor sin herejía