A vivir de mi memoria, vine.
Y la encontré, aquí, disuelta.
Columbré espacios, cometas,
traqueteo incesante de pulmones,
bajo las costillas, lodos y barros,
plumón de insignificante madera.
A intentarlo vine, sí, mas la dura
vida, se hizo sola, y yo
ya había pasado-.
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