Nan

Ocres en la piedra

Seco el viento, avariento de venganza

azota la calma del umbral donde vigila

el guardián sus vastos imperios.

 

Candentes soles se yerguen en el horizonte

tornando las piedras ateridas del tiempo

en catapultas ocres de hielo oxidado.

liberando, odios, miedos, pasiones, miserias,

guardando rencores enconados,

en amargas risas de vidas azarosas.

 

El llanto de los cuerpos entre espinas y flores

rendidos, a rituales en sombras

en un torbellino de besos falaces

abrumados de lamentos encadenados

a llantos sobre el llanto lastimero de miedo

morada del silencio en la zozobra.

 

Tormentosas noches, delirantes voces secas

lluvias de cruces en guerra, victoriosa en la muerte

borraran el verde ocre oscuro, sobre la nívea piedra

de insignia desbastada, hendida y muerta.

pero no su historia.