Huida al desamor...
Mortuoria la catadura albina
Se nubla la mueca en el contorno hastiada,
Y al querer eximirse del martirio
Suceden intrínsecas las luchas sobre su juicio quebrantado.
No basta lamentar la pérdida dilapidada,
No puede un minuto olvidar su ausencia
Como la sangría que no se detiene y se brota
Incesantemente corroyendo las entrañas
La existencia bufonesca de la alicaída realidad.
Cómo descartar y relegar su memoria
Cuando la lucha esta muy dentro de ti,
Cuando el tiempo no es el mejor aliado
Y forzoso se acude para desvanecer su imagen
En el fondo de una copa de licor
Buscando apaciguar la lucha que arremolina
El rencor como púas cortantes, hieren.
Y callado su andar extraño
Su cara gris delata un frío insensible
Abandonado apático la realidad que le rodea,
Se descubre sobre la terraza de la colina
Un cuerpo colgado cuando el alba
Despunta la claridad sobre los rostros
Una sonrisa extraña en sus labios cárdenos
Parecen burlarse del resto del mundo.
Para bien o para mal...
Aunque digas que ya nada soy para ti,
Aunque te disfraces en la lejanía
Buscando curarte de mis recuerdos
Mas no será suficiente para desmarcar tu piel,
Tus labios y mi paso por tu vida…
Para bien o para mal y aunque maldigas
El haberme conocido estuve allí presente
Y aunque disfraces el no saber de mí
Y consideres que tu triunfo ha llegado
Y resuelta te digas que me olvidaste,
Pero unos ojos traviesos te harán acordarte de mí…
Como una continuación de mi esencia
Rememora tu pensamiento una simple mueca
Y estaré presto en sus ojos
Como un enlace de mi alma mi hijo te hará
Volverte a la realidad y hacerte entender
Que se huye de la gente pero los recuerdos
Nos siguen de por vida…para bien o para mal
Estaré presente en mi hijo…para tu desconsuelo viviré aun.