¡Entiende señor! la agonía de mis versos,
agonía que desgarra mi alma,
ni la clara luna con su luz me acompaña,
dame una razón de vivir
para existir.
¡Entiende señor! la agonía de mis versos,
versos con sentimiento,
sentimiento cohibido y apasionado,
ni las tinieblas de la noche atemorizan mi alma,
dale una ilusión a mi corazón
sin traición.
¡Entiende señor! lo melancolico de mi vida,
melancolia que es sufrimiento,
es un carma que me condena a llorar,
ni la lluvia oculta mi llanto,
sólo viviré escapando del dolor,
sin temor, pero con el alma herida.