Fumando llego a verte más
en tu distancia azul aún sin embargo
buscándote la luz que te ha alumbrar
el paso inseguro por la estancia:
reina el caos
y tú jamás descansas
al animal que en ti se empeña tanto
en desgarrar a zarpazos la tarde;
y eres tal como recuerdo:
un sueño vívido, muy real,
atravesando la calma del día estancado
(no cambiarás: por más que lo intenten,
en vano es el plan
que te ha llevar a cuestionarte verdades
intocables antaño...).
Tú traes la magia
de donde es que salga
a las tantas pasada
si tus naves me invaden
y yo en mi cara circunstancias
de largo aguantadas
y no, no, vuelta atrás,
que no se está tanto de fábula
si tú me faltas en la sangre
los días y las noches complicándose
en un vaivén intempestivo
que se ha de llevar mi alma
a donde no hay ya parajes...