Apremiado por vivir…
decidido a asimilar el infortunio de la verdad,
intentando trascender,
procurando dejar huella,
caminando los senderos escabrosos… de un pasado de añoranzas,
esquivándole a las penas…adormeciendo los temores,
superando los caprichos del destino…
evadiendo noche a noche a la inevitable oscuridad.
Ahí va…
con el candor de un crío…de sonrisa campechana…espontanea de bondad… sin maldad
con la fortaleza de un ciclón… de temperamento colosal,
con la suntuosidad de la lluvia irrigando las inermes estampas de la ciudad.
Ahí va…
recubierto de nostalgia…
precipitado de ansiedad,
con un aullido contenido…que se ha privado de expresar,
con sublimes sentimientos…agotados de lidiar…con la cruda realidad.
Va abrazándose del tiempo…
impidiendo que transcurra su imparable extinción hasta el final,
deteniendo las manijas del reloj de la exactitud…
sin dejar que avance a su desenlace mortal
Se lo ve desentendido…como rendido…
resignado a entregarse a ese escenario lapidario de impostergable conclusión.
Se lo siente decaído…ya sin ganas de seguir.
Se ha dejado someter de la desidia,
se ha dejado convencer de la tristeza…
y poco a poco va extinguiendo su resistencia a continuar.
Ahí va…acompañado del silencio,
encabezando va el cortejo…de su impostergable partida al más allá.
Lleva consigo bajo el brazo…su legado…
un compendio de sus inseparables versos…y nada más.
Ahí va…el último poeta…hasta nunca jamás.