Los cielos al principio del día:
\"Aún morir en manos del eterno es bueno\".
El Padre se complació en el Hijo
porque el Hijo lo glorificó.
Carne y alma herida,
manos que temblaron,
sangre que bebió el aire,
ojos que lloraron el corazón
¿Cuándo el sudor sufrible comenzó?
¿Tardó la obediencia a la humillación?
Quien supo.
La voz que clamó
\"¡eli eli lama sabactani!\"
y el celeste fue abierto
y el velo se rasgó...
Cuanta gloria rebosante un día en la tierra,
¡Como pudo! ¡como quiso!
Oh, eterno, oh, bendito...
fue más que suficiente lo que hiciste,
fue más que suficiente.
Christian Jovani
(Derechos reservados del autor).