Estoy seguro que a mi lado vive,
Dios que me cubre,
con su bondad y asomo anunciante,
desde su santo pesebre...
Diseñador del orbe,
y de esta galaxia parpadeante,
omnividente,
de aquello que nos acontece...
Mi mente ya presiente,
el cómo será su imagen incomparable,
con San José de asistente,
llegar al Niño es mi elección irrevocable...
Sin nunca ya dejarle,
en mi ha de estar creo que para siempre,
junto a su virgen Madre,
Dios simbolizado en un Belén entrañable...