Niña de ojos de primavera;
El viento mece tu cabellera;
Las dibujan en los infinitos;
En el mar de estos escritos…
Son los recuerdos eternos;
Que saltan en mi ventana;
Rozan tañidos de mañana;
Mirando tus ojos volados…
Escuchando en las alturas;
Sonidos de tus esculturas;
Que perfilan estos latidos;
En los cielos de mis tejidos…
Puedo decirte princesa mía;
Quédate a mi lado, sentado;
Para no recordar, tu lejanía;
Para decirte ¡te amo! al oído…
Y no sentir este triste mirar;
Cuando tu alma es mi pecho;
Que late por ti, para respirar;
Para tocar tu aliento derecho…
En esta noche rota de versos;
Puedo descifrar allí tus besos;
En estaciones cortas, cercanas;
Mirando luceros en montañas…
Puedo ver la magia de tus labios…