Alfredo Saez

-Lirios y Delirios-

 

Que tus cautivantes ojos esmeraldinos sean los míos,

y cuéntame ya, virgen ardorosa, si acaso parpadeo,

 sacro momento de santificar tus alienígenos bríos

entibiando el gris mármol de Carrara del blanco mausoleo.

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Dime  hermosa princesa si caigo en turbulentos delirios,

 al azul intento de conmover con el beso tus encierros.

Es que no llega aún la primavera. Se marchitan los lirios,

loco escaneo de quejosos balidos de nuevos becerros.

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Áridas disrupciones azotan las inclemencias del alma,

circulares vértigos ahuyentan la bondadosa cordura,

vaivenes mentales, jalones de la antigua y herida calma.

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No hay médico que salve las pulsiones de mi hierática estampa

 ni  esa  tijera quirúrgica de  experta manicura

pero … ¡Yo te veo! Se exilia el agobiante último fantasma...