De cuento es tu sonrisa sin medida,
de cuento donde el bien se queda a solas.
Cantándole a las flores repercutes
en un renacimiento de corolas.
Tus manos, impregnadas de luciérnagas,
se elevan sobre bosques encantados,
y con un aleteo de pestañas
atizas fuegos fatuos fatigados.
Dejando al lobo más feroz en tierra,
en la medida en que a volar aprendes,
al escarbar por nuevos universos
revelas el secreto de los duendes.
Un banco de sirenas de agua dulce
se precipita a ciegas por la magia
que se desprende de tu fantasía
tan pronto como al sol de luz contagia.