¿Por qué no escribes?
Te dije en un instante,
una mañana.
Y sonreíste,
haciendo mil cabriolas
con tus mejillas.
-Puedo escribir,
de suyo ya lo hago
mientras lo pienso.
-Bien en la cama,
también en el paseo
y cuando duermo.
Entonces sigue,
envíalo al papel,
que cobre forma.
Sin darte cuenta
serás la Cenicienta
de tus relatos.
Y mucho más,
serás protagonista
de tus vivencias.
Y de tus sueños.
serás, si tu lo quieres
esa heroína.
Porque escribir
es algo que transforma
a nuestras almas.
Algo que sale
de dentro y las entrañas
y es como un grito.
Por eso escribe,
te ruego y te lo pido,
quiero leerte.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/22