In turbido mundo in quo vivimus stupefacti,
Hodie temporis memoriam ineffabilem invenio:
Pueri mundi carmine in schola unisono canentes,
Villanelli simplices, risus in ventum...
Infantiae memoriam quae me sinit et invadit,
In cæca quaerendo consolatio desiderata,
Propter immunditatem quae vitam in nihilum involvit...
Innocentia perdita in pristina infantia,
Mihi vitae provectae iter ostendit,
Et tum memoriam me consolat,
Inenarrabilis, thesauri perditi quando fugaces pueri
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En el mundo convulso en que vivimos atónitos
hoy descubro el momento de un recuerdo imborrable:
niños limpios cantando al unísono en clase
villancicos sencillos, sus sonrisas al viento…
Un recuerdo de infancia que me acuna y me invade
a la búsqueda ciega del consuelo anhelado
por lo inmundo que envuelve esta vida en la nada…
La inocencia perdida en la infancia de antaño
me señala el camino de una vida avanzada
y el recuerdo de entonces me consuela,
insondable, del tesoro perdido cuando niños fugaces…