Volví a oler ese aroma a rosas
Y comencé a seguirlo
Para que me llevase a la flor que soltaba esa fragancia
A aquella rosa que a pesar de que me clavaba sus espinas
Una y otra vez
Yo la regaba con mis lágrimas
Para que no se volviese mustia
Pero yo me sequé
Y al final me terminé marchitando
Sin embargo, tu olor siempre quedó conmigo
Un olor bonito que de tanto olerlo terminó volviendo apestoso
Lo terminé odiando, pero… ¿Por qué sigo persiguiéndolo?